Los Pelicans van a por los Lakers
Los Pelicans han metido la directa. Son uno de los equipos más en forma de la NBA (¿el más en forma ahora mismo?) y están aplastando a todo el que aparece en su camino. Willie Green, un entrenador novato que empezó el curso con muchos problemas, está construyendo una defensa infernal y ha equilibrado su rotación definitivamente con la llegada de CJ McCollum. Jugando así (124-90 en la destrucción de Utah Jazz) es más fácil que no se oiga hablar de Zion Williamson: su pie, su peso, sus problemas y su inacabable ausencia. Jugando así, los Pelicans tienen pinta de equipo de playoffs. Y en eso están: 27-36, en crecida imparable y ya a medio partido de unos Lakers en absoluta descomposición. Los de Louisiana son décimos (con dos partidos sobre el undécimo, el primero sin play in) y los angelinos novenos. Ese sería ahora mismo un duelo en la repesca, con ventaja de campo para el que quede por delante y mucho morbo con toda la marejada del traspaso de Anthony Davis en la que se enzarzaron estas dos franquicias.
Así que aquí hay una historia para el tramo final de esta regular season. Vaya que sí: los Pelicans, después de perder cuatro partidos de cinco con la resaca del cierre de mercado, han salido del parón del All Star como cohetes: 102-117 en Phoenix, 95-123 en pista de los Lakers, 125-95 a los Kings y 124-90 a los Jazz. Es el primer equipo de la historia por encima del +100 en diferencia de puntos en sus cuatro primeros partidos después del All Star. Había habido tres por encima del +90 y dos fueron campeones… y el tercero finalista de Conferencia. Los Jazz, que habían recobrado el pulso en febrero y llevaban 9 victorias en 10 partidos, fueron abrasados, arrollados, abatidos desde el salto inicial. Y quedan en 39-23, más