El Sevilla sorprende a Martial en su presentación... ¡con Ronaldo!
SEVILLA
Un all star, como etiquetan en la NBA a sus mejores jugadores, ha llegado a Sevilla. Por el caché del futbolista, por la complejidad de la operación y su contexto, por su salario y por las dimensiones de su recibimiento y presentación. La llegada de Anthony Martial a Nervión ha descorchado un fenómeno de masas en efervescencia desde que su nombre brotara antes del comienzo del mercado de fichajes de invierno.
«Hace poco tuve que salir de Rey Mago en las Cabalgata de Sevilla y como rey, los sevillistas me pedían como regalo la llegada de Martial. Ojalá que esa ilusión, la del jugador y la del club, se traduzca en rendimiento», revelaba Monchi, director deportivo del club hispalense y gran artífice de su fichaje, en el acto de recibimiento del francés, una de sus hazañas más glamurosas. Al menos, sobre el papel.
La afición suspiraba por él y, Martial, se encargó de hacer la boca agua de los sevillistas. La estrecha cintura financiera del equipo hispalense encalló primero y amenazó posteriormente con ahogar la operación, con otros equipos estorbando. Pero Anthony lo tenía claro desde el principio: su deseo era jugar en el Sevilla. Palabras, además, sustentadas con hechos. Hizo oídos sordos al resto de intereses como los del Barcelona o la Juventus y se rebajó el sueldo, de casi 150.000 euros semanales en Old Trafford. Las informaciones apuntan a que sus seis meses costarán tres millones de euros netos.
«No se trata solo de dinero, también hay que jugar y divertirse», revelaba a la cámara del club que le siguió desde el aeropuerto hasta el estadio en un reportaje inside de sus primeras horas en la ciudad, casi a la medida de los grandes personajes mundiales. Un regalo para el que Monchi preparó el mejor envoltorio