Otro día y otro triple-doble más de Doncic en la oficina

No hay nada mejor después de recibir una paliza que una sesión de baño y masaje. Eso es lo que se dio, más o menos, los Dallas Mavericks en Portland. El equipo texano venía de recibir un severo correctivo por parte de los Golden State Warriors pocos días después de caer, esta vez en los últimos minutos, ante los Phoenix Suns. Dos derrotas antes los dos primeros clasificados de su conferencia que empeñaban un poco la magnífica racha de resultados que acumulan desde hace ya bastante tiempo. Son 12 triunfos en los últimos 15 partidos para un equipo que entonces no llegaba al 50% de victorias y que ahora está en el 57,1%. Y con la ventaja de campo cada vez más cerca. La derrota de Utah ante los Suns les deja a dos partidos del cuarto puesto.

El encuentro de hoy no será recordado como el más difícil del año para los Mavs. Los Blazers, sin Lillard, sobreviven como pueden y una mayor parte de las noches ni siquiera eso. Esta vez intentaron resistir gracias al esfuerzo encomiable de Afernee Simons (23 puntos, 7 asistencias, 4/7 en triples) y de C. J. McCollum (20 tantos, 6 pases de canasta). Pero era cuestión de tiempo que el partido cayera por su propio peso del lado de Dallas, ahora mismo a años luz de su rival. Jason Kidd ha encontrado un plan que le está funcionando. Uno en el que importa más la defensa que el ataque, una novedad para los Mavs, y en el que Luka Doncic comparte muchos minutos en pista y mucho balón con Jalen Brunson. Y da resultado.

Los dos sumaron 26 asistencias ante los Blazers. 15 para Doncic, récord personal de la temporada; 11 para Brunson, récord de toda su carrera. Que el estadounidense acompañe al esloveno le libera bastante en la creación del juego al exmadridista, que sigue siendo la primera opción