El lado oscuro de Honda

60 vueltas fueron suficientes para Márquez. El ilerdense dio por concluidas las pruebas de Jerez con más de dos horas de sesión por delante, pero tampoco necesitó mucho más para sacar conclusiones de un test que se presentaba crucial tanto para el ocho veces campeón, como para la marca del ala dorada. La firma japonesa necesitaba terminar de consolidar ese prototipo revolucionario de una RC213V prometedora que sigue dejando luces y sombras, incluso después de unas pruebas que no han pulido las carencias de la moto.

Desde la fábrica japonesa lo intentaron como ya sucedió durante la pretemporada en el garaje de Marc. Entonces era el que más necesitaba recoger sensaciones sobre una moto de la que tuvo que estar apartado cerca de tres meses, pero ahora, la historia ha cambiado. Honda necesita las referencias del único piloto que ha sido capaz de llevar su prototipo hasta lo más alto en los últimos años. El ocho veces campeón fue capaz de brillar con monturas que no estaban exentas de carencias y ahora, ni siquiera existe esa posibilidad por la complejidad de un tren delantero con el que el de Cervera necesita recuperar confianza.

No se puede obviar que fue «un día importante” en Jerez como reconoce Márquez, pero desde Honda deben „seguir trabajando“ para recuperar la hegemonía que ostentan en el Mundial. De partida han empezado por „probar algunas cosas que como siempre han funcionado bien mientras que otras, no han resultado ser“ lo que Honda necesita. El trabajo se ha centrado especialmente en soluciones aerodinámicas para las que han recurrido a la moto de 2021 con la que el ilerdense venció en tres grandes premios (Sachsenring, Austin y Misano), pero la ergonomía del nuevo modelo más que retroceder al pasado, necesita una