El Atleti da pocos motivos para la fe
El Atlético despachó, y el listón estaba ya alto en curso, cuanto menos, muy preocupante. Hace un año también ganaron los azulgrana en el Metropolitano, pero entonces sí dio sensación de accidente. Lo de esta vez es la consecuencia de una tendencia alarmante. El equipo no funciona por ninguna parte, está sin confianza y, ahora mismo, ofrece pocos motivos que inviten al optimismo. Y los objetivos mínimos no parecen tan asequibles mirando a los rivales y, sobre todo, hacia dentro.
Los números son muy pobres (), pero las sensaciones que emite este Atlético son aún más inquietantes. Va a menos y apenas se encuentran brotes verdes a los que agarrarse. El equipo es endeble en defensa, está tremendamente espeso con la pelota y muy poco atrevido sin ella. Cada llegada del rival hace temblar a todos y raro es que el primer tiro en contra no sea gol. El centro del campo está desbordado siempre, física y posicionalmente. Al Levante, colista muy descolgado y que suele acusar los golpes, le permitió el Atleti un partido comodísimo y le remató ¡una vez! a portería. Los nervios fueron cosa del equipo local.
El Atleti transmite ansiedad y también falta de confianza. El equipo ha lucido más cuando ha jugado desbocado y con el marcador en contra, pero ante el Levante se vio a un grupo atenazado y que apenas hiló buenas combinaciones.. Hay excitación dentro del campo y la hay fuera. «Somos una familia y a veces hay broncas», comentó el central en su posterior disculpa, tras mandar callar ante el runrún de la afición. El compromiso del uruguayo es indudable, pero parte de la hinchada estaba ya al límite por lo que estaba teniendo que presenciar, como lo estuvo ante el Getafe y ante el Valencia.
João Félix, derribado ante el Levante.Angel


