Antoñín y la polémica pachanguita

El Málaga, que pelea por eludir el descenso a Primera RFEF a falta de tres jornadas para que termine el campeonato, se ha encontrado con otra molesta polémica. Se difundieron el pasado martes unas imágenes de Antoñín Cortés jugando una pachanguita de futbito con unos amigos del barrio. El follón estalló como no podía ser de otra forma.

Las redes sociales reflejaron el enorme enfado de muchos aficionados por lo que consideraban comportamiento «poco profesional» del futbolista. La mayoría de las críticas iban encaminadas hacia la camiseta deportiva que llevaba (una del Barcelona). Pero el tema era más grave. Por eso el Málaga le ha abierto un expediente sancionador. Tiene 10 días para presentar sus alegaciones.

El asunto es peliagudo. No es solo cuestión de que el delantero haya dado una imagen inapropiada jugando un innecesario partidillo entre colegas. Es que los clubes (no solo el Málaga) tienen un estricto régimen interno de disciplina donde no se permite que sus futbolistas se jueguen el físico haciendo actividades de riesgo. Lo de Antoñín es una irresponsabilidad de tomo y lomo que no solo ha enfadado al Málaga y a sus aficionados. El Granada, club al que pertenece hasta el 30 de junio de 2024, no parece mostrar un entusiasmo maravilloso por la manera con que su jugador a préstamo emplea el tiempo libre.

Para que se hagan una idea sobre la importancia de este asunto, los clubes tienen un régimen de disciplina severo para salvaguardar la integridad física de sus profesionales porque les pagan, y en muchos casos muy bien. En realidad, asumen seguros de lesiones, pero en los partidos, no fuera de ellos. Entre las actividades prohibidas por riesgo físico incluimos las siguientes:

No se puede salir por la noche. Hay que estar