Málaga | Antoñín: de la ilusión a una enorme decepción

El regreso de Antoñín a La Rosaleda el pasado verano fue otra de las apuestas estrella del Málaga para esta temporada. El canterano tuvo en su día una irrupción brillante en el primer equipo, aparición que no solo contribuyó en la suma de puntos y victorias, sino que fue decisiva para el saneamiento de la entidad con su traspaso por 1,5 millones al Granada.

El jugador, tras jugar cedido en el Rayo Vallecano, forzó para regresar a Málaga y el club hizo un esfuerzo para abordar su vuelta con la esperanza de que fuese una de las banderas del proyecto. Pero su vuelta ha resultado fallida a todas luces. Dentro y fuera del campo. Una enorme decepción. El rendimiento y la actitud del futbolista, como la de una notable mayoría de jugadores de la plantilla, no han sido los idóneos.

Algún chispazo puntual como sus dos asistencias ante la Real Sociedad B en la primera vuelta o sus goles a Zaragoza y Las Palmas no son sino excepciones dentro de una temporada mediocre. El atacante no se ganó la confianza de José Alberto y pidió salir en enero para luego, tras la destitución del asturiano, intentar desdecirse y cambiar de discurso en público. Pero tampoco cambiaron su mala dinámica de la temporada los cambios en el banquillo. De hecho, la llegada de Guede terminó por condenarle.

El argentino le dio su confianza de entrada, pero un mal gesto tras ser sustituido en Las Palmas y la indisciplina posterior cuando le cazaron jugando al fútbol sala con sus amigos le sentenciaron. Guede sí decidió coger el toro por los cuernos y dejarle a un lado. Le expresó claramente que no volvería a jugar esta temporada y no ha vuelto a convocarle.

Antoñín, pues, pondrá fin al año de su regreso lejos del césped, donde no cumplió con las expectativas que