A Tomas Soucek (27-2-1995) casi le quitan las ganas de jugar al fútbol. Él quería ser mediocentro, pero casi todos los entrenadores que se encontraba por el camino le decían que no tenía cualidades para ello. Que era demasiado alto (1,92) y demasiado torpe con el balón en los pies para distribuirlo; que como mucho su futuro podría ser jugar como central. Pero él estaba empeñado en ser centrocampista. Le gustaban Yaya Touré y, sobre todo, Cesc Fàbregas por su llegada. Soucek apenas era un crío cuando el Cesc que estrenaba mayoría de edad ya se salía en el Arsenal de Wenger.