En su momento fue una apuesta demasiado arriesgada, pero Red Bull terminó ganando con una jugada en la que se aseguraron, al menos, no complicar todavía más sus aspiraciones al título. La escudería energética necesitaba ganar, eso era todo lo que demandaba Verstappen para continuar en sus filas, y de ahí que en 2019 decidiesen confiar en Honda como suministrador de motores. La entrada del fabricante japonés en 2015 junto a McLaren en el Mundial, no convertía a su unidad de potencia en un elemento atractivo con el que aliarse, pero el tiempo les ha dado la razón y a su vez, les ha permitido cumplir con el objetivo junto al que regresaron a la F1: estar en lo más alto.