El Real Madrid celebró el título de Liga logrado en el Santiago Bernabéu, tras una victoria contundente por 4-0 sobre el Espanyol, con una baja imprevista: la de Gareth Bale. El futbolista galés era baja en el encuentro por unas molestias en la espalda, pese a que había trabajado con normalidad en los días previos al duelo de este sábado, pero sí se esperaba su presencia en el estadio viendo el partido. No fue el caso, Bale no acudió al Bernabéu y no estuvo en el césped en el momento en que Marcelo y Benzema alzaron al cielo la Liga 35, ni en la fiesta posterior. La afición, cuando dijeron su nombre por megafonía como parte de los campeones ligueros, le dedicó algunos pitos. Todos los jugadores fueron ovacionados excepto el galés, aunque el cambio de sintonía fue fugaz, puesto que apenas había unos segundos entre una mención y otra.