Tiene trabajo el Bernabéu, al que se le pide un milagro por semana. El Madrid lleva al City a su territorio, la remontada al por mayor en un estadio en el que nadie está libre de ser triturado. Fue tras un duelo tremendo e inesperado, huérfano de defensas, jugado con el arrebato de una final, en el que el Madrid aguantó tres cuentas de protección para acabar de pie. No hay Champions en las vitrinas sin un mal rato en el campo. El equipo de Ancelotti ya lleva tres, pero no hay nadie en el mundo capaz de levantarse tantas veces.