Mánchester City-Real Madrid No hay quien mate al Madrid

Tiene trabajo el Bernabéu, al que se le pide un milagro por semana. El Madrid lleva al City a su territorio, la remontada al por mayor en un estadio en el que nadie está libre de ser triturado. Fue tras un duelo tremendo e inesperado, huérfano de defensas, jugado con el arrebato de una final, en el que el Madrid aguantó tres cuentas de protección para acabar de pie. No hay Champions en las vitrinas sin un mal rato en el campo. El equipo de Ancelotti ya lleva tres, pero no hay nadie en el mundo capaz de levantarse tantas veces.

Ni un paso atrás. Eso se dijeron Guardiola y Ancelotti desde la pizarra. El catalán echó el resto, con tres puntas, lo más parecido a un delantero centro puro (Gabriel Jesus) en la proa y De Bruyne y Bernardo Silva en segunda línea de combate. La Armada de Guardiola, se leía en una pancarta. Y eso parecía el quinteto, un ejército. Ancelotti le respondió con Rodrygo, un 4-3-3 y el mensaje de que aquello iba más de replicar que de resistir. Más una vez vistos los remiendos en los laterales del equipo inglés: Stones, un central mermado, y Zinchenko.

De Bruyne abrió el marcador con este cabezazo.AFP

Pero antes de los dos minutos todo era papel mojado. La primera que tomó Mahrez en la derecha le llevó a bordear el área hasta encontrar, con su zurda de seda, la llegada de De Bruyne desde atrás. El belga cabeceó en los terrenos del nueve. Encontrar al rematador de segunda instancia es una de las especialidades del City. El gol se pareció como una gota de agua a otra al de Havertz en Stamford Bridge.

A diferencia del vendaval que desata el Liverpool, el City es gota malaya: presión alta, recuperación rápida, posesión obsesiva y espera hasta que aparezca la oportunidad. Ciencia y paciencia. Ni eso había puesto