Un partido para coger impulso

Kiko Narváez

El partido del Atlético ante el Manchester es más para coger impulso que para lamerte las heridas. Porque a pesar de terminar en un inmerecido empate, los del Cholo cuajaron un encuentro para la esperanza, mezclando la presión arriba con un repliegue medio dejando a Oblak de espectador de lujo. Mucha culpa tuvo el sacrificio de los puntas a la hora de incomodar la salida de pelota, ayudando a un Herrera y Kondogbia que opositaron para este último tercio de temporada. La línea de cinco que convertía el comodín de Lodi en cuatro ganó todos los duelos, destacando sobre manera a lateral brasileño, que liberado hizo su mejor partido de rojiblanco.

En el aspecto ofensivo me entusiasmó João Félix. Da gusto verte, portugués, con tu traje de solidaridad y tus botas de charol, iluminando a todos los que te rodeaban (como en Pamplona, es el camino). Su gol es una nueva demostración de ese don que tiene para encontrar portería ya sea con la cabeza o con los pies. Ya comenté el curso pasado que esa virtud le puede hacer jugar de falso 9, anhelé ante el Manchester verlo un ratín compartiendo ataque con Griezmann. Para el futuro es una opción que me gusta. Lo dicho, el empate se puede ver dos maneras: una, perder el tiempo lamiéndote las heridas; o dos, coger fuerza, sabiendo que lo visto en Pamplona y ante el Manchester es el camino.

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