Un partidazo de Doncic aviva la rivalidad entre Mavericks y Jazz

En fechas recientes se ha visto a un Luka Doncic completamente metido en faena, acertado en sus diversas facetas, dando un plus que ha hecho grande a los Mavs. Está en ese momento. Está dando el tirón. En el último mes ha gozado de diez partidos para demostrar su potencia, el cambio de dieta al que se ha sometido, su calidad y los ítems que queramos añadirle, y así lo ha hecho: ha disputado nueve, el último se lo saltó para descansar, y el promedio de puntos es de 35,8. En esta monumental racha ha tenido sólo dos días en los que no ha sido el puñal que ha sido en los demás: en Miami, en un encuentro dominado cuando él quiso aunque los números finales dijeran otra cosa, y en Utah, de donde salió despotricando contra los árbitros tras una actuación no tan brillante. El caso de los Jazz es el que hay que tratar con especial cariño, no sólo porque es el que atañe al encuentro de este lunes en el que hay que centrarse, sino porque hablamos de dos equipos que pueden enfrentarse en el comienzo de los próximos playoffs. Y el campo ya está regado de alicientes si ello se produce: piques, victorias para ambos, rachas distintas, revanchismo, etc. Los Mavericks, después de aquel mencionado tropiezo, se han vestido de ganadores en su casa, en la que han terminado por encima (111-103) de los de Salt Lake City, que no llegaron a agarrar por la pechera a su contrincante en ningún momento de la noche para pelearle la victoria.

Aquella derrota en Utah justo después del All-Star molestó en exceso a un Doncic que, sabedor de la imagen al completo, tenía que dar un golpe de timón fuerte en esta ocasión. La razón no está sólo en ese enfrentamiento anterior, está más en el que pueden tener allá por abril en una serie de playoffs a siete