Doncic se queda solo
Lo que bien empieza… No siempre acaba bien. Que se lo digan a los Dallas Mavericks, que hace ocho día comenzaba una gira de cinco partidos en Houston con victoria fácil, claro, seguida de dos triunfos tremendos en Boston y Brooklyn. Pero que la ha acabado con dos derrotas en noches consecutivas y dejando una imagen regular cuando menos. Después de perder en Filadelfia, 24 horas después cayeron en Charlotte mostrándose bastante inferiores a su rival y dejando un desempeño defensivo impropio de un equipo que había mejora muchísimo en esta parcela del juego.
Parece evidente que el cansancio es la principal razón de esta derrota. No hay más que ver el primer cuarto, cuando se supone que un equipo ha de estar fresco, para darse cuenta de la cantidad de lanzamientos de los Hornets a los que los jugadores de Dallas ni siquiera llegaban a molestar. El equipo local empezó el partido poniéndose 19-4 arriba después de acertar sus primeros 7 tiros, entre ellos cinco triples (acabaron el cuarto con ocho aciertos desde el perímetro y el partido con un 20/42). Los Mavs echaron de menos a Spencer Dinwiddie, que no tuvo su día en Filadelfia pero que se había convertido en una pieza esencial de su ataque. Su ausencia, sumada a la defensa en zona de Charlotte, desactivó a los Mavs.
Lo de la defensa en zona ya es la segunda vez seguida que les pasa. También se lo hicieron los Sixers con excelentes resultados. Para Jason Kidd lo que ha pasado esta noche puede ser un buen aprendizaje para lo que está por venir en playoffs: «Los equipos están intentando que Luka no tenga el balón en las manos, así que otros jugadores van a tener que crear jugadas y lanzamientos. Así que esto ha sido un gran ensayo para ellos». A pesar de todo, y a diferencia de