El estadio Nacional de Jambor, situado en Oeiras, a poco más de 20 kilómetros de Lisboa, acogerá el próximo domingo una de las finales de Copa más desiguales del curso en Europa. El Oporto, campeón de liga, buscará el doblete frente al Tondela, que debutará en un partido por el título tras consumar su descenso a Segunda. El club presidido por el español David Belenguer está a 90 minutos de convertir una mala temporada en la mejor de su historia: si gana la Taça de Portugal disputará la próxima edición de la UEFA Europa League. Y sí, lo hará jugando en Segunda. «Igual que en la liga nos hemos merecido bajar, si jugamos en Europa será porque nos lo hemos ganado. Sería tan extraño como merecido», descubre Manu Hernando (Palencia, 1998), uno de los tres futbolistas españoles del Tondela -le acompañan Iker Undabarrena y Javier Avilés-. El palentino atiende a AS tan «jodido» como «ilusionado»: «Es una situación extraña, pero una final de Copa es algo que todo el mundo no puede vivir. Intentaremos darle una alegría a la afición y a nuestras familias, que han sufrido mucho con nosotros esta temporada».