Los insectos llegarán a las mesas de Europa y España a corto plazo
Aunque no parece probable que los insectos como los saltamontes o grillos empiecen a cocinarse en España a corto plazo, ya comienzan a venderse productos derivados de ellos, según publica. Harinas y barritas energéticas hechas a partir de estos invertebrados están empezando a aumentar su valor por su alto contenido en proteínas y por ser muy sostenibles.
De hecho, es una de las medidas que recomienda la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para luchar contra el cambio climático. 2.000 millones de personas los consumen ya, pero sigue siendo un alimento que en Europa no agrada. Sin embargo, la apertura a su ingesta es cada vez mayor. De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya ha aprobado el cuarto insecto apto para ser consumido por humanos.
El pasado año ya se aprobaron tres, pero a finales de 2022 se espera que ese número llegue a la decena. Desde 2018, los países europeos no pueden autorizar su ingesta, sino que tiene que ser la EFSA quien lo haga. El grillo doméstico, la langosta migratoria y dos tipos de gusano de harina ya pueden comerse en los países europeos, aunque otras cinco especies (escarabajo de la harina, langosta del desierto, abeja europea, mosca soldado negra y grillo indio) podrían incorporarse en los próximos meses.
Esta legislación es relativamente nueva, pero es algo que se lleva estudiando muchos años. Diana Martín, profesora de la Universidad Autónoma, es una de las expertas que lo hace. "Estos invertebrados tienen un alto contenido proteico, incluso más que carne, los lácteos y los huevos, y la calidad de esa proteína es muy buena. Pero además tienen un contenido lipídico —grasas— beneficioso para la salud, así como micronutrientes,


