Leandro Cabrera y Sergi Gómez pierden su armadura

Desde la, camino ya de los tres meses (28 de noviembre), el conjunto de Vicente Moreno no ha podido mantener la portería a cero. Han sido nueve encuentros en los que los blanquiazules han recibido 20 tantos. Un dato tan llamativo como preocupante, pues en las anteriores 15 jornadas los guarismos eran opuestos: 14 goles en 15, menos de uno por jornada.

Al margen de la inestabilidad en el lateral derecho, de la falta de presión en campo contrario y de la poca consistencia de un mediocampo también sometido a cambios, la pareja de Sergi Gómez y Leandro Cabrera se ha expuesto más en ese tramo de tres meses y eso ha provocado que se cometan errores. La armadura que protegía a ambos se ha ido fracturando, y ahora los pericos defienden a pecho descubierto.

Los datos son también claros. Primero, en la fase ofensiva. La salida de balón del Espanyol depende principalmente del uruguayo, el jugador que muchos equipos liberan para que saque el balón debido a su poca claridad a enlazar con la siguiente línea. Si Cabrera promedió en las primeras 15 jornadas 41 pases por encuentro, en las siguientes nueve el guarismo creció a los 55, lo que supone el 35%, mientras que en el caso de Sergi Gómez ha ascendido al 21%. Y también ha menguado su porcentaje de acierto, que antes se situaba en el 82% es del 79% (en el caso del catalán ha descendido solo del 89% al 88%).

Pero también en la fase sin balón los jugadores se han mostrado más expuestos. Han aumentado sus intervenciones en todas sus facetas, por lo que también la probabilidad de verse superados o de comer errores. Sergi Gómez, por ejemplo, ha pasado de disputar 7,02 duelos por encuentro en esas 15 jornadas (2,59 aéreos) a promediar ahora 9,01 y 4,68 en el juego por arriba, con un aumento