Cabrera, en el nombre del 'Pepe'
«Jugador que echaba el resto donde hubiera que largar, con pelota o sin pelota terror del área penal», canta Jaime Roos, uno de los más reconocidos músicos de Uruguay, en su murga 'Al Pepe Sasía', dedicada a una leyenda del fútbol charrúa. A un delantero cuyo nieto sueña con emular. Se trata de Leandro Cabrera, quien tras unas semanas convulsas se reencuentra estos días con la felicidad. La de –su exequipo– y Quique Sánchez Flores –el entrenador que le hizo debutar en Primera–, y la de su aparición en la prelista de la celeste para la clasificación mundialista.
«Era una llamada que no esperaba pero que siempre había tenido la ilusión de conseguir», reconoce Cabrera, sobre su anterior y primera convocatoria, el pasado enero, por mucho que no llegó a debutar. Y añade, en declaraciones a 'I am Sport Solutions': "Me llena de orgullo poder llevar la camiseta que mi abuelo defendió con tanto éxito". Tanto fue ese éxito, que debutó nada menos que en Maracaná, en 1956, que se proclamó campeón del Torneo Sudamericano –la actual Copa América– en 1959 y que disputó dos Mundiales, en 1962 y 1966, en el que se retiró de la selección tras jugar ante México.
Campeón de la Copa Libertadores y la Intercontinental –esta última, con tres goles suyos– en el ataque de Peñarol, en 1961, a José Sasía, o a 'el Pepe', como le llamaban, se le atribuyen anécdotas propias de aquel irrepetible fútbol canchero. Como cuando en la siguiente Libertadores, la de 1962, echó tierra en los ojos a Gilmar, célebre portero del Santos de Pelé, para cegarlo y acto seguido meterle un gol. O como cuando en un choque ante Olimpia en Asunción, Paraguay, recogió una de las naranjas que los hinchas hostiles lanzaban, se la comió y devolvió las mondas a la grada.
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