GTA V, ahora para PS5 y Xbox Series X. Un juego eterno con un remaster de mínimos - MeriStation

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“Compañero, volvemos a la acción”, Michael De Santa

Quien esto suscribe recuerda perfectamente el año tan brutal en juegos que fue 2013, en el que las consolas de la 7ª Generación se despidieron a lo grande. Y particularmente recuerdo el análisis de Grand Theft Auto V, que tenía a toda la redacción en vilo y se mereció cada punto de ese 10/10 perfecto. El último juego de la saga -hasta que GTA VI llegue a las tiendas- pulverizaba lo que Niko Bellic había logrado cinco años antes con GTA IV, y de paso reescribía las reglas de los sandbox y los open world.

Tres personajes, un mundo completamente vivo, una campaña en la que el jugador decidía cómo completarla, un co-protagonista convertido al instante en icono de la saga… Y un modo online tan, pero tan exitoso, tan apoyado por el estudio y que a día de hoy tiene una comunidad enorme de usuarios/as que hasta se usa para rolear en GTA Online Roleplay. Las ventas continuadas de GTA V en el tiempo le dieron tantos beneficios a la compañía, que no han tenido necesitar de anunciar el GTA VI hasta ahora, y apenas han lanzado Red Dead Redemption 2. El éxito de GTA V es tan histórico, que además se une al selecto club de juegos que pueden presumir de haber salido reestrenados en tres generaciones distintas de sistemas -como Shadow of the Colossus.

Y es que parece una pequeña costumbre, pero cuando en 2014 llegaron las consolas de la 8ª Gen -PS4 y Xbox One-, Rockstar remasterizó GTA V. Y ahora que han llegado las de la 9ª Gen -PS5 y Series S/X-, ¿adivinad qué? GTA V remaster, o más bien remaster del remaster, porque la versión de nuevos sistemas parte del gran remaster que la compañía hizo en 2014.

En 2014, Grand Theft Auto V se aprovechó de la mayor potencia de PS4 y One y