Fuera los achuchones a los niños: así hay que saludarlos ahora
planteó la llegada de nuevos comportamientos y actuaciones en situaciones normales y que frecuentamos día a día, con el objetivo de garantizar nuestra protección personal. Incluso, ha cambiado la manera de saludarnos con nuestros familiares, allegados o personas ajenas, cambiando los besos y el estrechamiento de manos por un golpe en el puño o incluso un saludo con la mirada.
Por ello, esta nueva realidad ha hecho que aprendamos a saludar a niños y niñas sin ninguna relación cercana, ya que estrechar los mofletes para recibir un beso es una conducta antihigiénica en este grupo de edad, según enuncia la periodista de ‘El Periódico’,. Además, el simple hecho de estampar tus labios en su cara, puede propiciar la aparición de infecciones, como enfermedades respiratorias o herpes, en los más pequeños.
Sin embargo, en muchas ocasiones no podemos evitar achuchar a niños a causa de que están “programados” para ellos debido a la ternura que desprende, según recoge el médico alemán Konrad Lorenz. Por ello, la reacción más común e inmediata es la de achuchar sin freno ninguno, ya que favorece al desarrollo neuronal de los más pequeños de la casa.
Principalmente, la tarea de llenar de besos la cara de un bebé corresponde a los familiares más cercanos, según explica la periodista. Por desgracia o por suerte, la aparición de la COVID ha frenado esta tendencia negativa por parte de aquellas personas ajenas a estos niños, debido al miedo de contagiar o ser infectado por el propio virus.
Del mismo modo, Pereda asegura que “hay otros virus que se pueden transmitir a través del contacto y las secreciones respiratorias o los aerosoles”. De hecho, en el caso de los bebés “el virus respiratorio sincitial causa más ingresos hospitalarios”, según


