"Estaban asustados, pero tienen que aceptar que somos rápidos"

Es cierto que no fue nada fácil sobreponerse al varapalo que se llevaron nada más arrancar en Arabia, el primer día, cuando prácticamente cualquier esperanza de pelear por las posiciones destacadas del Dakar se desvanecieron. Pero el balance del debut de Audi en el desierto, sobre todo viéndolo con la perspectiva que da el tiempo, es positivo. Cuatro victorias, un coche en el Top 10 y la sensación de que el RS Q e-tron puede dar mucha guerra el próximo año con la experiencia de un Dakar en la mochila y más tiempo de desarrollo.

La marca de los cuatro aros reúne a pilotos y jefes para analizar lo acontecido en Arabia, donde llegaron con muchas dudas, tanto dentro del equipo como fuera, en especial en el apartado de la fiabilidad con un sistema tan complejo. «Todo el mundo estaba pensando que se encontrarían al Audi parado en una etapa», recuerda Sainz, pero no fue así y pronto llegó la primera victoria, la que logró el madrileño en la tercera etapa: «Fue emocionante porque sabía cuánto esfuerzo y trabajo había, el trabajo duro siempre da sus frutos».

«En los otros equipos todo el mundo estaba un poco asustado, pero tienen que aceptar que somos rápidos», comenta Peterhansel sobre la sorpresa que causó el rendimiento del Audi en el vivac, algo que también destaca Ekstrom, el tercero en discordía. «Para mí, la gran sorpresa fue que tuvimos prácticamente cero problemas con el concepto del coche», asegura el sueco, noveno en la general con un triunfo, en la octava etapa, del que recuerda un gesto de Sainz: «Me dijo poco, pero me dio un abrazo y lo sentí como si fuera de mi padre».

Hubo momentos duros claro, pero ninguno como el del primer día. «En ese momento no sabíamos lo que estaba pasando, fue duro para todo el equipo»,