El Atleti necesitará muchas más luces contra el City

Kiko Narváez

Derrota del Atlético en Palma que quedará en el debe de los jugadores rojiblancos de calidad. El Vasco Aguirre se salió con la suya, planteando un 1-5-4-1 y esperando la segunda jugada provocada por los pelotazos a Muriqi. Los del Cholo no encontraron los caminos para hacerle daño. A pesar de empezar intentando dividir y crear desde atrás con los centrales, el técnico argentino cambió rápido la posición de Carrasco a la banda derecha, buscando que elaborasen Koke y De Paul para aprovechar el uno contra uno del belga y la profundidad de Llorente. Fue una muestra del descontento de Simeone por lo que estaba viendo. A pesar de ello, los rojiblancos en ningún momento salieron del atasco, ofreciendo un partido plano e inoperante en acciones ofensivas.

En el segundo tiempo, con la entrada de João, Lemar y Cunha (el más entonado) buscó velocidad y desborde, algo que Sergio Rico siguió sin comprobar. Un partido abocado al 0-0 que rompió una jugada incomprensible para mí. Una acción en la que una persona que despeja un balón y, a ras de césped, pisa la parte externa del pie del rival no puede ser peritada como penalti. Comprueben si haciéndoselo a alguien eso provoca una caída. No acostumbro en mis opiniones a analizar arbitrajes, para eso ya tenemos al número 1, Itu (que no es infalible, ¿eh?), pero sigo viendo, en el VAR y su protocolo, esa contradicción de que, como lo ha tocado, los colegiados no utilizan el comodín que debe ser ir a visionarlo. No olvidemos que esto es un deporte de contacto.

Esta derrota no creo que repercuta en la moral del equipo para el día del City. Nunca ha sido fácil gestionar un partido de tres puntos antes de uno definitivo. Para ello, aparte del trabajo defensivo, se necesita algo que no