Ciccone se resarce en el Giro y los favoritos renuncian a la lucha

Un auténtico Tappone alpino, que dirían por estos lares, era lo que la les tenía reservada a los corredores. Una jornada que transcurrió por el Valle de Aosta, precioso paraíso natural de montañas, verdes praderas, ríos y cascadas, con final en la pequeña localidad de Cogne. Escenario e ingredientes perfectos para vivir una bonita batalla en la montaña que, no obstante, el conformismo instaurado entre los favoritos echó por la borda del mismo modo que en la etapa con final en Etna. En consecuencia, con un lejano ataque en el último puerto con el que sumó el tercer triunfo de su palmarés en el Giro para, de paso, reencontrarse con una victoria que le era esquiva desde febrero de 2020 en Laigueglia. Por su parte, Richard Carapaz encarará la tercera semana de carrera con la maglia rosa.

El aroma a gran etapa y la tensión se respiraban desde el comienzo, lo que produjo una caída en los primeros kilómetros en la que se vieron implicados diez corredores por un pequeño enganchón. Entre ellos se fue al suelo un Carapaz (en zona de césped) que, al igual que su anterior caída a principios de esta semana, pudo reengancharse al pelotón sin mayores problemas. Chapa y pintura. En esa primera mitad de etapa, de kilómetros llanos, saltaron del pelotón cinco corredores (Andrea Vendrame, Alessandro Tonelli, Anthony Perez, Sylvain Moniquet y Lennard Kämna) que durante unos minutos rodaron por delante de un pelotón implacable que no quería permitir fugas. Tras un inevitable reagrupamiento, el gran grupo levantó el pie del acelerador y se acabó formando una escapada de 28 integrantes, con la presencia de Van der Poel, Bouwman, Sosa, Arensman, Ciccone, Mollema, Formolo, y De la Cruz, Rojas y Pedrero como españoles.

<p dir=«ltr» lang=«it»