Pello Bilbao desafió al campeón del mundo y salió triunfante. Espectacular mano a mano en Amurrio con Alaphilippe, el gran tiburón francés. Lo tenía muy estudiado y la teoría se hizo buena con la práctica. En los primeros metros del sprint cogió un punto más de ritmo y al final aventajó a uno de los fenómenos del ciclismo por media rueda. La bonificación de diez segundos le hace escalar en la general. El gernikarra del Bahrain, excampeón nacional contrarreloj, salió en todas las fotos del tramo final. Este éxito en casa le sabe a gloria, porque es el triunfo de la fe. Por eso lanzó el puño derecho con rabia y un grito que se escuchó por toda Euskadi. Atacó en el último repecho y a falta de tres segundos, agua. Pero tenía una tercera carta en la manga. Se enganchó a la rueda del gran favorito y le desbordó con un riñonazo final. ¡Menudo estallido de alegría! Previamente no se obcecó con los reiterados ataques de Yates en tramos de continuas subidas y bajas, de emboscadas y carreteras estrechas, en una etapa estresante en la que se enganchaban los puertitos.