Sólo se trataba de su primer partido en la edición de 2022 del WTA 1.000 de, pero se tomó la victoria contra Tereza Martincova como si la hubiera conseguido en la final. Posiblemente, por un doble motivo: por un lado, la presión de defender el título que conquistó hace cinco meses es grande y, aunque ella quiso quitársela de encima con trucos mentales, como explicó en sus declaraciones, estaba ahí; por otra parte, se había enfrentado tres veces a la checa de 27 años y 47ª del mundo y había perdido en las tres, la última hace dos años en Ostrava. Por eso ganarla por 6-2 y 7-6 (4) en 95 minutos supuso una liberación también doble.