Se ha acostumbrado el en esta temporada tan anómala a hacer de la ingeniería en defensa una rutina frecuente. Los problemas sufridos en la retaguardia han obligado a Nafti y su cuerpo técnico a reformular la zaga de mil maneras distintas. Desde jugar en Valladolid “con dos laterales de centrales”, como el propio técnico recalca por la presencia de Bustinza y Javi Hernández en el eje, hasta el baile habitual en el eje de la zaga fruto de todo tipo de circunstancias: COVID, convocatorias internacionales, salidas, sanciones… Precisamente un castigo, la quinta amarilla que vio Omeruo ante el Zaragoza, obligará a los pepineros a volver a darle una vuelta a la tuerca y reformular por enésima vez la defensa blanquiazul.