Hay noches que se recuerdan durante años. De LeBron James hay unas cuantas y, desde hoy, hay una más. La actuación de la estrella de los Lakers es de esas que queda en la retina. Una demostración de que sigue siendo un jugador monumental, capaz de hacer cosas que casi nadie más puede hacer. Capaz de ganar partidos él solo, sobreponiéndose en este caso al rival y a su propio equipo, unos Lakers perdidos que habían caído en sus últimos cuatro duelos. Al menos hoy mostraron algo de trabajo en el primer cuarto y algo de talento en el último. También por eso ganaron esta noche. Pero la victoria llegó, sobre todo, por LeBron, que en el segundo y tercer cuartos sostuvo a los suyos cuando los Golden State Warriors amenazaban con marcharse para siempre en el marcador. En esos 24 minutos (y en los otros 24) fue él quien dominó todo, en una actuación iluminada: 56 puntos, 10 rebotes, 6/11 en triples, 61,3% en tiros de campo, 12/13 en tiros libres. Con 37 años y 65 días hace historia en la NBA. El jugador más mayor hasta ahora en firmar un partido de más de 50 tantos y más de 10 rechaces era Michael Jordan… con 33 años y 19 días. Cuatro menos que LeBron. Una salvajada.