Los Warriors ya están aquí, si es que alguna vez se han ido. Y un aviso para navegantes: si llegan sanos a unas hipotéticas finales de Conferencia ante los Suns, van a tener mucho que decir. Mucho. Son un equipo neta y completamente distinto al de los últimos meses de regular season, han recuperado a todos sus efectivos, su nivel defensivo es sencillamente alucinante y tienen a todas sus estrellas muy metidas en el plan de reconquista trazado por Steve Kerr, ese ser celestial tan bien asesorado en el banquillo por caras conocidas como Mike Brown o Kenny Atkinson. Son muy buenos, tienen a Stephen Curry de vuelta a su mejor nivel, a Draymond Green en su nivel defensivo histórico de los años de los anillos y a Klay Thompson cada vez más metido en dinámica. Y a Jordan Poole, claro. Un hombre que se está comportando como una auténtica estrella.