a que le pusiese el picante al partido con la República Checa y el balear aprovechó la media hora que le dieron. Estuvo en contacto permanente con el balón, se movió por todo el frente de ataque y acabó por dar la asistencia del 2-2 a Iñigo. Pero para advertir que había salido enchufado no hizo falta tanto. Concretamente, segundos. Nada más salir, en una de esas carreras que le gustan, en la que lleva cuidadosamente el balón casi escondido con su pierna izquierda y luego pega el latigazo, sólo el palo, con Vaclik batido, impidió que hiciese el gol. Luego también se había sacado, con el guante que tiene en la pierna izquierda, un centro dulce que Ferran remató bien pero sin suerte. Esa manera de envolver el balón está sólo al alcance de los elegidos.