Emoción hasta el último segundo para certificar la importante victoria del Celta, que consigue ganar al Mallorca dieciséis años después para mantener viva la llama de Europa. Cruel derrota en la última jugada para los de Luis García, que empataron tres veces resistiendo el empuje céltico pero acabaron sucumbiendo y se meten en un buen lío clasificatorio. Balaídos vio un duelo vibrante, alternativa constante en el marcador, siete goles, un expulsado, dos penaltis y el agónico tanto de Aspas para bajar la persiana de un encuentro frenético, absolutamente loco.