El Elche huele la salvación. La permanencia vuelve a estar cerca para un equipo que no falló en un día clave. El Mallorca, rival directo, fue la víctima de un Elche al que le salió un partido casi perfecto. La revolución de Francisco, estudiada durante toda la semana en su laboratorio, salió de maravilla. El técnico cambió el sistema (tres centrales) e introdujo seis novedades en el once. El almeriense sabía que tenía que tocar algo para maniatar a un Mallorca que llegaba con la moral disparada tras salir del descenso y tumbar al Atlético. Pero en el Martínez Valero se topó con su cruda realidad, la del sufrimiento hasta el final. El Elche le pasó por encima gracias a los goles de Mojica, Bigas y Kang In en propia puerta. La final terminó en fiesta, con más 20.000 espectadores celebrando una casi salvación y haciendo la ola.