Los Nets han dado bandazos en la temporada en la que se suponía que su favoritismo se tenía que refrendar no sólo en la Conferencia Este sino en toda la NBA, en la que eran los máximos favoritos cuando dio comienzo la campaña. Fue ahí donde todo empezó a torcerse. Luego llegaría la ausencia de Kyrie Irving en los partidos de casa por no vacunarse contra el coronavirus, lo que fracturó su ya de por sí suspicaz relación con James Harden. La salida del barbudo base, que se espantó tanto de lo que acontecía dentro y/o de su posición en la franquicia que pidió el traspaso sólo un año después de haber llegado allí procedente de los Rockets, fue un palo a las aspiraciones de los Nets, que le cambiaron por un Ben Simmons (y Curry y Drummond en el mismo paquete) que todavía no se ha visto capacitado para debutar con los neoyorquinos pese a que hayan pasado dos meses del intercambio.