Demasiados aspectos negativos del Chelsea. Mala comunicación, poca intensidad y pocas ideas. Siguen las frustraciones y siguen las dudas. A diez minutos para el final, Thomas Tuchel realizó un triple cambio. Refrescó su ataque para seguir buscando el gol de la victoria. Encerraba el Chelsea a un Brighton que solo podía achicar agua. Dominaban los de Londres, haciendo valer su condición de campeón de Europa. Ensanchaban el campo, percutían por banda. Tiró de galones para tratar de ganar y evitar descolgarse, aún más, de la lucha por el título. No lo logró pese a la intensidad con la que terminaron el partido. Pero ésta no venía siendo la tónica habitual del duelo.