Del averno a la luz: los Celtics vuelven a soñar
Dijimos que no, pero al final ha sido que sí. Y no estamos hablando del equipo de Bill Russell, el de Larry Bird o el que fue campeón en 2008. Pero los Celtics han recuperado la esencia de lo que tradicionalmente han sido, un equipo histórico cuyos éxitos no son solo prehistóricos. Ese orgullo escondido ha emergido de nuevo para remodelar y corregir un inicio de temporada catastrófico que hacía presagiar el final anticipado de un equipo desorientado y de un proyecto a la deriva. El último curso marcó un punto de inflexión, un paso hacia atrás enorme con el que se intuía eso de borrón y cuenta nueva. Pero, como por arte de magia, los Celtics han pasado de asemejarse a un equipo a serlo con todas las letras. Y con todo merecimiento.


