Ya lo dijo: “Football, bloody hell!”. Una expresión que, siguiendo la licencia poética que nos ofrece el reputado diccionario online Wordreference, podría traducirse como “Fútbol, ¡la puta madre!”, en sentido positivo, pero también como “Fútbol, ¡maldito sea!”. El mítico entrenador del Manchester United lo dijo en sentido celebratorio tras ganar la final de la Champions contra el Bayern en 1999 con dos goles en el último instante. Esta última semana no se ha decidido ningún título pero ha habido unas cuantas razones para gritar fútbol, bloody hell, y cada uno sabrá qué sesgo le da, eufórico o de rabia, pero siempre apasionado después de una verdadera Semana de Pasión convertida en la mejor propagada del fútbol.