y la respuesta que tenía preparada el base era esperable, pero el resultado ni deja indiferente a mezquinos y comprensibles ni podía estar escrita en el guión mental del jugador. Los Lakers se llevaron un triunfo importante de Toronto en esta gira por varios pabellones y lo hicieron de la forma más Westbrook que Westbrook está conociendo este año, una suerte de Doctor Jekyll y Míster Hyde que asusta hasta al más echado para delante y en la que la cara que sale con más asiduidad es la mala. El base fue el encargado de ejecutar la jugada con la que forzar la prórroga en el ScotiaBank Arena, salió muy mal y no fue ésa sino una posterior e inesperada la que sí les dio esa opción a él y su equipo, que remataron en un buen tiempo extra para ganar por 123-128. Todo lo que resonaba en su cabeza antes de este encuentro era una mezcolanza que así salió en la pista, en un triple-doble (22 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias) que a punto estuvo de no servir para nada, pero en esta ocasión la suerte se alió con su trabajo y los Lakers obtienen un preciado botín que les hace afianzar su novena posición de la Conferencia Oeste sin que Blazers, Kings o, sobre todo, Spurs amenacen la misma.