Entre Maksimir y el derbi
Un ojo en Croacia y otro en el derbi del domingo. Así vive el sevillismo las horas previas al duelo de esta tarde en Maksimir, donde Lopetegui deberá hacer malabarismos con el once para no sumar más bajas ni cansancio ante el Betis, contra el que saldrá seguro sin Koundé ni Ocampos y quizá sin Anthony Martial. Llega el Sevilla, pero no tanto (). Porque Maksimir es un símbolo de libertad, de rebeldía. Aquí, donde el Sevilla se juega los octavos de su competición fetiche, un representante del régimen fascista del Estado Independiente de Croacia citó en mayo de 1941 a los jóvenes estudiantes de Zagreb para pedir a serbios y judíos que se separasen. Pero los jóvenes desobedecieron. Tres meses después de aquello, los estudiantes rebeldes decidieron quemar el estadio.


