Kemba Walker y la crónica de una muerte anunciada
Se acabó lo que se daba. La situación de Kemba Walker es homologable al título de Gabriel García Márquez en Crónica de una muerte anunciada. El pasado del base es radicalmente opuesto al presente. Y no digamos al futuro, lleno de incertidumbre. Tal y como ha anunciado Adrian Wojnarowki (cómo no), los Knicks y Kemba han llegado a un acuerdo para que el playmaker no vuelva a jugar en lo que resta de temporada. El jugador sale así de un equipo con el que apenas ha disputado 37 partidos, tras ser denostado por unos Celtics que le utilizaron como chivo expiatorio. Y el nuevo destino era ideal para Kemba: una franquicia en reconstrucción, un mercado grande y un Madison que había vuelto a vivir alguna que otra noche mágica. Sin embargo, el baloncestista no ha cuadrado bien en el esquema de juego y se encuentra en una situación que es de las peores de su carrera. O, directamente, la peor.


