Xavi abre el melón del tiempo efectivo

Juan Jiménez

Casualidad o no, tres días antes de jugar contra el Valencia de Bordalás, uno de los entrenadores que han estado más bajo sospecha por el asunto en los últimos años, Xavi volvió a abrir el melón del tiempo de juego real en el fútbol. Después de pedir pitar todas las manos (“ya lo dice la palabra, el football se juega con el pie”), el entrenador del Barça aseguró que otra de las medidas que ya hubiese implementado es la del tiempo efectivo en el fútbol. Es una idea, pero se supone que quien la publicita debe predicar con el ejemplo. Y no es fácil. Hace muy poco que las cámaras captaron a Piqué en el estadio de La Cerámica recomendando lo siguiente a sus jóvenes compañeros, después de que Memphis le marcase el 1-2 al Villarreal, que estaba haciendo sufrir de lo lindo a los culés: “Jugad con el tiempo, ninguna prisa. Faltas, nos tiramos al suelo. Todo, eh; todo, eh. Tranquilos, no podemos perder estos tres puntos, chavales”. Fútbol de toda la vida.

El asunto tampoco es nuevo. Esta misma temporada, en agosto, Pellegrini también se quejó amargamente: “Los árbitros no pueden permitir que los jugadores se demoren tanto. LaLiga es la más lenta de Europa”. Los datos le dan la razón al Ingeniero. En la temporada 2020-21, en España se jugaron 52:36 minutos efectivos, lejísimos de los 57:00 de la Serie A (los tiempos han cambiado), y también de los 56:35 de la Bundesliga, los 56:24 de la Premier League y los 55:51 de la Ligue 1 francesa. El problema está detectado; el debate es interesante. La solución no es fácil. Porque si se trata de jugar a tiempo real, cuánto debería durar el partido. Y, sobre todo, hasta cuándo se alargarían. Cada saque de banda podría conllevar una estrategia. Por no hablar de los libres directos.