Vicente Moreno, Quique y el espejo
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Desde su letal derrota como entrenador del Espanyol precisamente en Getafe y la puntilla ante el Eibar, no ha vuelto Quique Sánchez Flores a pisar el RCDE Stadium. Lo que le condenó fue precisamente la tarde ante los azulones, el equipo con el que hoy regresa a Cornellà, cuando pronunció una frase entre maldita y profética: «Nos miramos en el espejo y quizá no damos para más».. Y, casi cuatro años después, se encuentra en una tesitura similar. Con Quique como fiscal, los jugadores como abogados defensores de Vicente Moreno y el público, en el papel de juez .
Tan maquiavélico es el guion que el Getafe, que parecía desahuciado en el encuentro de la primera vuelta –que supuso su primera victoria de la temporada, y, ahora enrachado y codeándose con los máximos goleadores de Europa–, superará al Espanyol en caso de victoria esta tarde. Casi todo se explica en un 2022 terrorífico para los blanquiazules, que solo han sumado tres puntos sobre 21, y ninguna victoria, ante los 12 puntos (tres triunfos, tres empates y solo dos derrotas) de los madrileños. No se encuentra el Espanyol al borde de lo abismo, como tampoco lo estaba realmente Sánchez Flores cuando lo echaron, pero sí desprende tics que retrotraen a hace solo dos años, a un descenso demasiado cercano en el tiempo.
Ahora es Vicente Moreno, con un discurso mucho menos controvertido que el de su colega, quien se la juega. Pero el plebiscito de la afición también gira en torno a Rufete, director deportivo, al director general, José María Durán, e incluso a Chen Yansheng. El presidente y propietario, responsable último del devenir del equipo, no puede tener peor adversario en el banquillo que un Quique que calificó su mandato como un «proyecto fantasma».
Tenebroso era