Darder, Mallorca y la mano que mece la permanencia

Por exiguos centímetros no se tocan los dedos Dios y Adán en la Capilla Sixtina, igual que Vicente Moreno y Luis García Plaza se saludan pero no se saludan al final de cada enfrentamiento, cual gato de Schrödinger, y que la rivalidad entre Espanyol y Mallorca () no equivale a la de un derbi pero se han cruzado tanto y con intereses tan comunes en estos dos últimos años que. Ya sea por el ascenso, como la temporada pasada, o por la permanencia, tanto en 2020 como ahora. Incluso por el sueño americano de sus dueños. Vamos, que lo quieran o no, pericos y bermellones se dan la mano.

Precaria, en realidad urgente, es la situación de un Mallorca que llega al RCDE Stadium en su pasaje más indeseable desde su retorno a Primera., la última dolorosa frente al Real Madrid (0-3), y flirtea más que nunca con la zona de descenso, a la que puede caer pronto como no espabile. Igual que su propio entrenador, tan atenazado como hace un par de semanas su homólogo en el Espanyol, que también vivió esta tesitura en Palma. Porque la principal diferencia con los pericos es el colchón de la primera vuelta: en realidad, en lo que va de 2022 han sumado seis puntos los bermellones por siete los de Moreno. Y en enero, en la Copa, fueron los de García Plaza quienes se impusieron en su eliminatoria a partido único. A día de hoy, la única certeza son los 33 puntos de los locales, cerca de la salvación, y los 26 de los visitantes, al borde del abismo.

De aquel día, y también del anterior choque en Son Moix, no repetirá hoy Puado, goleador perico en ambos precedentes, que se encuentra sancionado. Sí llega a tiempo Diego López, superado en el Ciutat de València por una sobrecarga. Y estimulados se encontrarán Darder y Raúl de Tomás. El primero, por y por