Hay cierta inquietud en las oficinas del Allianz Arena. Y no es para menos. La junta directiva del Bayern de Múnich, encabezada en la actualidad por el ex guardameta del club, Oliver Kahn, es consciente de que se puede repetir una historia que dejó perpleja a la afición del campeón de la Bundesliga el verano pasado. El austríaco David Alaba, uno de los buques insignia del Bayern durante más de una década, no aceptó la oferta del club para renovar su contrato y . Mal asunto en los tiempos que corren. Sobre todo si ahora, un año después, los de blanco mantienen abierta la opción de ir a por otro jugador bávaro que queda libre a final de temporada.
Se trata de Corentin Tolisso (27), mediocentro francés que, en su día, se convirtió en el fichaje más caro de una entidad conocida por su cordura a la hora de acudir al mercado. Un total de 41,5 millones de euros ingresó el Bayern en las cuentas del Olympique de Lyon para un jugador que, ahora, cuatro años y medio después y al igual que Alaba, tiene al Bayern en su mano. Propenso a las lesiones y sin demasiados minutos debido a la gran competencia en una medular comandada por los internacionales alemanes Joshua Kimmich y Leon Goretzka, la dirección deportiva aparcó su renovación la temporada pasada y prefirió resolver el futuro de otros jugadores, a priori más claves para su esquema, como el propio o. Un error.
Lo que ocurrió a lo largo de los últimos meses puede incluso haber sorprendido a los propios dirigentes del Bayern. Tolisso, tras recuperarse del Covid a principios de enero, fue el elegido por el entrenador Julian Nagelsmann a la hora de suplir al lesionado Goretzka en el doble pivote junto a Kimmich. El galo, consciente de la oportunidad que se le presentaba, cogió al toro
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