Valencia Las lágrimas de Yunus Musah y el penalti que volvería a lanzar

En la Ciudad Deportiva del Valencia Club de Fútbol pasan muchas cosas: Entrenamientos intensos, momentos de alegría tras victorias, tensiones internas, momentos de tristezas y un largísimo etcétera que no cabrían en un artículo. Sin embargo, hay una situación que nunca cambia haga sol, llueva o truene: La sonrisa de Yunus Musah. El neoyorkino de la sonrisa eterna como se le conoce en Paterna siempre tiene un buen gesto, una buena cara o un buen acto con todos los trabajadores de la entidad che. Quizás por ello, esa sonrisa que se tornó en lágrimas el pasado sábado dolió tanto al valencianismo.

Yunus Musah erró su penalti y lo tiró mal, muy mal, pero eso no fue lo peor. Cuando el futbolista pidió a José Bordalás lanzar una de las penas máximas era consciente de que eso podía pasar, pero aún así se vio con la confianza de querer lanzarlo. Cuando lo falló, se le hizo un nudo en el estómago, contenido pero ahí estaba. Pero cuando el Betis anotó el quinto penalti y quedó en evidencia que su fallo, el único fallo, era el defínitivo, el bueno de Musah se hundió. Sus lágrimas impregnaron el césped de la Cartuja, el estadounidense estaba hundido y ni siquiera el calor de todos y cada uno de sus compañeros fue suficiente para calmar su dolor. Ya de camino al hotel, tanto Jaume como Ilaix Moriba, dos de los jugadores con los que más relación tiene, trataron de dar ánimos a su compañero, si bien él ya con tranquilidad no paraba de darle vueltas a la situación.

Musah no pidió tirar el penalti aleatoriamente, lo pidió porque en los entrenamientos suele enchufarlos cuando los ensayan y en los lanzamientos de falta también tiene buen nivel. El jugador está terminando la temporada con un nivel altísimo de estado de ánimo ya que siente que