Una victoria única del Madrid
FINALIZADO
No había precedentes para el Madrid en Mónaco (primera visita histórica) y este capítulo de la Euroliga se abrió a lo grande (84-90), con un duelo a ratos divertido, por momentos también espantoso y siempre pleno de entrega y pasión. Y lo mejor, para el postre, un final de infarto. Hasta de dos bolas ganadores dispusieron los de Sasa Obradovic para alargar su buen momento (venían de cuatro victorias). Pura pasión mal resuelta. Enfrente, los blancos salvaron sendas situaciones límites en una jornada floja en ataque pese a las 21 asistencias, donde las 20 pérdidas y los fallos cerca de canasta lo lastraron, pero no lo mataron. En esta ocasión, ayudó su buen porcentaje desde la personal (17 de 19), su músculo interior (57 rebotes a 40) y su rotación, la amplitud de la plantilla. Sobre 50 minutos, solo Yabusele rebasó los 30 (35:47), el mejor con 18 puntos y 10 rebotes (27 de valoración). En el Mónaco, Dwayne Bacon y Will Thomas superaron los 40, Mike James y Diallo los 35 y Motiejunas los 30. Ese desgaste que ayudó a provocar Poirier (10+14), entre otros, permitió a Deck rematar con 7 tantos decisivos en la segunda prórroga mientras Rudy hacía un poco de todo, incluso de base (6+7 y 5 asistencias). Laso sonreía una vez pasada la angustia, el otro Obradovic se tiraba de los pelos (es un decir) y hablaba del “próximo partido”.
Si contamos el partido desde el minuto 14, Laso lo agradecerá, porque en el primer cuarto y medio el Madrid dejó algunos de los peores tramos de la temporada, sobre todo entre el 0-5 inicial y el 9-5, menos de cuatro minutos donde los blancos agruparon una densidad de errores, incluidas 6 pérdidas (y dos faltas de Tavares), difícil de creer. Luego aguantó el pulso pese al tirón de Dwayne Bacon