Una final fratricida
No será una Copa de la Reina, como las seis que reposan en sus vitrinas o la que se dirime esta mañana, pero sí se trata de una final. No será un título de Primera, como el cosechado hace 16 años, pero sí un campeonato de Liga. Disputa el Espanyol este domingo (18:30 horas, Esport3 y EspanyolTV) uno de los partidos más importante de su laureada historia, a la que contemplan más de 50 años. Uno de los equipos más legendarios del fútbol femenino estatal se juega a solo 90 minutos todas sus opciones de regresar a la máxima categoría.
Un año después de su terrible descenso –la pandemia frenó otro hace dos años– y después de un curso que ha sido toda una montaña rusa, las cuentas del equipo de no pueden estar más claras. Llega a la última jornada de Reto Iberdrola en segunda posición, con 58 puntos, solo uno menos que el líder, los 59 del Levante Las Planas. Únicamente asciende uno. No hay ni posibilidad de promoción, ni reválida de ningún tipo. Y el destino ha querido que este último compromiso sea precisamente el Levante Las Planas-Espanyol. En caso de victoria local o empate, suben las de Sant Joan Despí. Si se produce un triunfo visitante, las pericas volverán a lo más alto.
También ha querido el destino, o la planificación más bien, que esté plagado este meritorio Levante, un equipo de barrio que la temporada pasada ascendía de Liga Nacional y que este curso completó una virtuosa primera vuelta, de jugadoras con pasado blanquiazul. Una decena figuran en sus filas, de Leti Sevilla a Julia Mora o Sandra Carrasco, pasando por Elena Julve o Esther Solà. También dos de sus máximas realizadoras, Irina Uribe (11 goles, los mismos que Alba Mellado) y Pilar Garrote (diez), hermana y compañera de equipo de la también experica Nuria