Un Rayo de autor en el derbi de pizarras

Maite Martín

El derbi también se juega en los banquillos. Ningún técnico lleva tanto en los de Primera como el Cholo, que ha impregnado de un carácter único a su Atlético y ha acuñado eso del partido a partido casi como filosofía de vida. Enfrente tendrá a Iraola, que en su temporada de debut en la élite puede presumir de haber convertido a su Rayo en el mejor local de Europa durante la primera vuelta y de haber metido a la Franja, cuarenta años después, en una semifinal de Copa. Sin embargo, el de Usurbil no es de presumir. Al contrario. Hace de la humildad su bandera. Esa sempiterna sonrisa transmite timidez, serenidad y confianza. Siempre parece que tiene un plan. Su propia estrategia. Así, con una jugada maestra, consiguió el ascenso en Montilivi y así, metió el susto en el cuerpo a un Betis, que durante diez minutos se vio en la prórroga para sellar el billete a La Cartuja.

Este Rayo está hecho a la imagen y semejanza de su míster. Juega de memoria sobre unos principios (velocidad, presión, verticalidad...) que se han convertido en el credo del equipo y la afición. Iraola, al igual que Simeone, ha otorgado una identidad propia a los suyos, demostrando que la edad —con 39 años, es el entrenador más joven de la categoría— y la experiencia no son un hándicap cuando estás preparado. De puertas para dentro, destacan su maestría en el análisis del rival y para fuera, la entrega y actitud que proyectan sus futbolistas, conscientes de que deben ser no sólo el reflejo de la grada, también el de todo Vallecas. Este sábado se miden calma y temperamento, ilusión y veteranía… dos talentos de la pizarra.

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