Trae pasa por encima de Chris Paul y los Hawks ya están aquí
Los Hawks van muy en serio. Nadie esperaba esta resurrección por parte de un equipo que ni estaba ni se le esperaba, sin ser siquiera nada semejante a una sombra de lo que fueron el año pasado. Uno en el que, recordemos, remontaron a los Sixers en semifinales del Este y llegaron a las finales de Conferencia para caer ante los Bucks, futuros campeones. Una temporada fantástica con conclusiones formidables, continuada por un verano en el que el equipo hizo los movimientos correctos para amarrar el proyecto y mirar al futuro. Sin embargo, nada salió como parecía, y los Hawks se sumieron en una crisis pantagruélica, una vorágine de malos resultados de la que parece que han salido a tiempo. Y si el punto de inflexión no eran las 8 victorias consecutivas, ganar al mejor equipo de la NBA sí que tiene que serlo.
El equipo de Nate McMillan, que pasó de interino a fijo tras su buen hacer el año pasado, se ha impuesto a los Suns en Atlanta por 124-115. Siendo neta y completamente superior, los Hawks fueron sacando ventaja paulatinamente, con 32, 32 y 36 puntos en los tres primeros periodos, y amarraron al final, al que llegaron con los 9 puntos de ventaja con los que iniciaron el último periodo. La diferencia fundamental del choque estuvo en el tiro de tres: 20 de 41 desde esa distancia para los locales, que martillearon a sus rivales de forma constante y anotaron hasta 7 triples (de 13 intentos) en el tercer periodo. Y eso que los Hawks repartieron menos asistencias (25 por 30) y perdieron más balones (15 por 10) que los Suns. Dio igual, el acierto en el triple y el juego colaborativo de una plantilla con una enorme amenaza exterior, fueron suficientes.
Trae Young fue, una vez más, el héroe: 43 puntos y 5 asistencias con una serie