Tensión y poco más en un empate insuficiente

Poco fútbol, mucha tensión y un 0-0 que no hace afición entre Fuenlabrada y Valladolid. Los azulones siguen suspirando por sacar la cabeza de la quema mientras que el Pucela le pierde la estela al liderato.

El fútbol, si es que hubo algo, no hizo acto de presencia en el Torres hasta el final del primer acto. Locales y visitantes encadenaron errores de todos los tipos en cuanto el balón se deslizaba por el tapete, ni una jugada de cinco pases firmaron alguno de los contendientes y, por ello, vivir del fallo rival era el único plan de azulones y blanquivioletas. En uno de esos fallos, Cristo estuvo cerca de poner el primer gol en el luminoso en el minuto 5, pero su tiro se marchó alto para desgracia de una afición pucelana que llenó el Torres.

La defensa azulona, timorata a la hora de sacar el balón pero mejor que en otros partidos en el aspecto defensivo, maniató a los Weissman y compañía. Sólo Toni Villa supuso un problema para zaga local y es que el habilidoso extremo, en una contienda personal, firmó varias internadas de calidad. Fue en una de estas jugadas donde el árbitro Ávalos Barrera decretó penalti por falta de Konaté. Pena máxima revocada luego por el VAR al considerar el contacto insuficiente, pero una jugada que dejó una imagen rara de la plantilla del Valladolid: Roque Mesa y Weissman discutiendo por lanzar el penalti con un El Yamiq calentando los ánimos en vez de poner calma.

Tras este conato de penalti, el Fuenlabrada se asentó, si es que se puede decir así, en el campo y el Valladolid se hizo pequeño. Sotillos puso el ‘ui’ en las gargantas azulonas con un cabezazo que Masip detuvo. Sin embargo, la mejor jugada de los primeros 45 minutos la firmó Ontiveros, desaparecido anteriormente. El marbellí recortó en