Sergio González, actual técnico del Cádiz, se postuló para el banquillo del Levante. Primero y después de. Su paso por la entidad como jugador y la necesidad de abordar el mercado en busca de entrenadores con experiencia en Primera División le situaron en la terna, pero lo cierto es que el Levante no llamó a su puerta.
Tras la salida de Paco López a principios de octubre, el nombre de Sergio salió a la palestra en la pila de candidatos al banquillo de Orriols. El club, sin embargo, apostó como "única opción" por Javier Pereira; pese a que su complicada salida de China obligaba a otear otras posibilidades en caso de que el pacense no obtuviera los permisos para volar a España, en plena cuarentena tras su regreso al país asiático.
Finalmente, y pese a la espera de cerca de diez días desde la destitución del técnico de Silla, para iniciar su andadura en el Levante. Duró poco más de un mes. Tras su llegada a Valencia el 13 de octubre, y sin conseguir ninguna victoria en siete partidos (tres empates y cuatro derrotas) la entidad granota rescinidía su contrato, junto al de la dirección deportiva al completo, el 30 de noviembre.
Ahí volvió a surgir el nombre de Sergio González como opción al banquillo del Levante. Pese a ello, el club tan sólo tocó la puerta de José Luis Mendilibar, hoy en el Alavés, con el que no fructificaron los contactos, como matizó el propio técnico de Zaldibar. «No hablamos ni de condiciones. No cuajó... En el Levante estuve yo hace ocho temporadas, salí a la octava jornada», reconocía el vasco en la Cadena SER.
Ante la negativa de Mendilibar, y con las buenas sensaciones que dejó en el grupo Alessio Lisci durante los cerca de diez días que tomó las riendas del equipo desde que Paco López salió del club, el
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